Científicos marplatenses estudian hongos que pueden beneficiar la producción agrícola

El portal de noticias BACAP Noticias ha realizado esta nota sobre el grupo de investigación en Micología y Microbiología de Suelos. Compartimos una breve parte de la nota y los invitamos a leerla completa en el portal de BACAP

Investigadores del CONICET trabajan con un grupo de hongos que permiten realizar un biocontrol de hongos patógenos y que favorecen el crecimiento de los cultivos. Su próximo objetivo es la formulación de un producto para su posible aplicación.

Un equipo científico del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología (INBIOTEC) de Mar del Plata estudia hongos con aplicaciones en distintos sectores productivos como el agrícola, el energético y el desarrollo de materiales.

Una de las líneas de investigación del grupo está relacionada al estudio de hongos del género Trichoderma que permiten realizar un biocontrol de hongos patógenos –que desarrollan enfermedades– en plantas y tienen propiedades que favorecen el crecimiento vegetal.

“En Argentina es muy reciente el uso del hongo Trichoderma. Si bien en otros países se utiliza desde hace mucho tiempo y es un hongo muy conocido, en el país recién se están formulando algunos productos a base de este hongo como promotor de crecimiento, pero también se sabe que tiene propiedades de biocontrol”, señala a Bacap Fabiana Consolo, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET en el INBIOTEC.

Si bien los hongos Trichoderma se pueden encontrar en distintos tipos de ambientes, el equipo del Laboratorio de Micología y Microbiología de Suelos del INBIOTEC trabaja con hongos de este género que crecen en el sudeste bonaerense debido a que se estudia su posible aplicación en cultivos en esta región. “Se trata de buscar cepas adaptadas a las condiciones agroecológicas del lugar. Ha pasado que se han importado cepas que están en otros lugares y no son tan efectivas en el ambiente donde se quiere probar”, afirma la bióloga.

El trabajo en el laboratorio implica el aislamiento de los microorganismos, su caracterización mediante diferentes técnicas y luego se prueba su efecto en plantas. Por ejemplo, si permiten reducir las consecuencias producidas por un hongo patógeno, si producen hormonas que promueven el crecimiento o si captan nutrientes del suelo, entre otros posibles beneficios para las plantas.